Burocracia (y 5?)

Por fin hoy hemos ocnseguido legalizar nuestra estancia en la India. Después de varios días de rellenar papeles, perseguir faxes y buscar firmas, ya tenemos los certificados que prueban que somos extranjeros con permiso de residencia y estamos legalmente registrados. Evidentemente, también ha sido necesario presentarnos en persona en la Oficina de Registro de Extranjeros, con la consabida visita al señor del castillo, y los correspondientes movimientos de cabeza y miradas cómplices...

Estar registrados nos permitirá, por fin, abrir una cuenta en un banco, y a partir de allí hacer cosas tan sencillas como conseguir una cuenta de teléfono movil (por ahora mi empresa ha estado sufragando los gastos de usar mi teléfono móvil español en roaming...).

Pero estar registrados también tiene otra ventaja curiosa: aquí todavía funciona, oficialmente, lo del doble precio para extranjeros e indios, especialmente en las cosas relacionadas con el turismo (hoteles, entradas a museos y otras atracciones turísticas....). Como residentes legales en la India, tenemos derecho a las tarifas indias, que son sustancialmente más baratas. Un ejemplo: en un resort en una zona montañosa cercana a Bangalore, una habitación cuesta 9500 INR (unos 160 euros) para los indios y 270 US$ (unos 210 euros) para guiris.