Hay un día para cada cosa y hoy, 31 de agosto, es el Blogday, el día de los blogs (o bitácoras, como les llaman los puristas).
A mi casi se me ha pasado el día sin darme ni cuenta; pero en este caso la diferencia horaria juega a mi favor, y todavía me queda un poco de tiempo para hablar de cinco blogs que he descubierto ultimamente. Aunque no creo que haya muchas sorpresas, allá van:
- L´aeroplà del Raval: la vida cotidiana, esas cosas que nos ocurren (o se nos ocurren) a todos pero que Tina explica como nadie; aunque a veces sea un poco crítica con mi barrio de l´Eixample.
- Conversations with Dina: un poco de todo: la cultura india, etnografía, blogging.... También fue una buena fuente de información cuando al gobierno indio le dio por bloquear los blogs...
- Future perfect: supongo que a mi también me gustaría trabajar viajando por el mundo, haciendo fotos y observando cómo las nuevas tecnologías se adaptan al entorno
- Joe´s NYC: no podía faltar un fotoblog. El nombre lo explica todo y los qu eme conocen saben por qué me gusta...
Los que me conocen saben que no soy muy deportista. Pero desde que hemos venido a Bangalore, la cosa ha ido a peor y, aunque hemos ido un par de veces a la pscina, he de reconocer que ultimamente me he pasado bastante tiempo sentado en el despacho sin hacer mucho ejercicio físico.
Para remediarlo ayer decidí recuperar una antigua costumbre y volver cminando del trabajo a casa. Si hacemos caso a GoogleEarth, la distancia en líea recta es de 1,28 Km, pero como se trata de andar y no volar, el trayecto acaba siendo de 2,5 Km; en total una media hora caminando.
La primera parte del trayecto es por una calle bastante concurrida de tráfico, pero las aceras están en relativo buen estado (cosa que no se puede asumir de muchas calles principales de Bangalore). Rodea un pequeño lago y llega hasta una carretera que es la principal vía de tráfico de la zona.
Una vez cruzada la carretera llega la parte más interesante del camino: se trata de un barrio residencial. Aunque no es una zona pobre, tampoco es una de las zonas más ricas de la ciudad; se puede decir que es un barrio de clase media. Calles sin asfaltar, con casas bajas, de uno o dos pisos, pequeñas tiendas en las que se vende casi de todo. Niños jugando en la calle, ancianos sentados en los portales hablando, mujeres que vuelven de comprar alimentos en el mercado cercano. Al pasar se oye música en el interior de alguna casa, se entreve una cocina donde se está preparando la cena, unos niños haciendo los deberes del colegio sentados en la mesa del comedor.
Si no fuese por las caras y los vestidos, por alguna vaca que pasea despistada o revuelve la basura, por el olor de la comida y, estos días, porque hay altares en la calle con estatuas de Ganesha multicolores; no habría mucha diferencia con el aspecto que tendría un barrio de esos de autoconstrucción que abundan en las afueras de las ciudades españolas, hace quizá veinte o treinta años.
Como hay poco tráfico, sobre todo motos, se puede caminar tranquilamente. No sé si el camino que seguí es el más corto, pero no importa mucho, porque lo importante no era llegar rápido sino disfrutar de las miradas de la gente, entre curiosas y amigables, de tener esa sensación de estar algo perdido, pero no demasiado, de la anticipación de la sorpresa que te esperará al doblar la siguiente esquina, de callejear...
Paseando por las calles de Bangalore (las calles en las que vive la gente, no las calles más comerciales del centro de la ciudad), atraen la atención unos dibujos de intrincadas formas geométricas en el suelo, casi siempre frente a las puertas de las casas, pero también en las entradas de algunos cafés o pequenas tiendas.
Estos dibujos se llaman rangoli , rangavalli ó kolam y es una tradición muy arraigada en todo el sur de la India. Aunque, como toda tradición que se precie, hay diferentes versiones sobre su origen y motivación, parece ser que el objetivo final es puramente decorativo y como símbolo de bienvenida a los visitantes.
Normalmente están hechos con polvo de arroz, aunque en estos dos de la fotografía, se deben haber utilizado otros materiales, como polvo de turmeric, para conseguir los colores. Son un buen ejemplo de arte efímero, en su versión popular, porque no duran más de un día o dos. Es común ver a las mujeres dibujar un nuevo patrón, siempre diferente, cada mañana; y, aunque los dibujos son realmente intrincados y comolicaods, lo hacen de memoria, sin ningún tipo de plantilla.
Pero, como siempre, las necesidades de la vida moderna hacen que las tradiciones vayan cambiando: algunas casas tienen su rangoli pintado con pintura resistente, de manera que no hace falta volverlos a dibujar cada día, y, para horror de los tradicionalistas, también venden pequeñas piezas de vinilo en las que hay dibujado un rangoli y que se pueden pegar en el suelo, frente a la puerta.
Pero la solución más creativa son unas bandejas que tienen el dibujo perforado, a modo de plantilla. Se ponen en el suelo, se llenan de polvo de arroz y, al levantarlas, ya tienes un perfecto rangoli. Asi se aúna la tradición con las necesidad de ahorrar tiempo....
El panteón hindú tiene un montón de dioses diferentes, la cifra de divinidades y santos de diferentes tipos y niveles llega a los 330 millones!. Y como supongo que todos esas manifestaciones divinas necesitan un poco de adoración, existen templos, grandes y pequeños esparcidos por toda la ciudad: desde los pequeños santuarios en la acera de una calle hasta los grandes complejos de templos en los que se veneran varios dioses.
Si el número es sorprendente, todavía lo es más la afición que tienen por pintarlos de colores chillones. En l mayoría de los templos, los portales están adornados con esculturas pintadas de colores muy falleros. Estas fotos son un ejemplo de un pequeño templo cercano a nuestra casa:
La afición por los colores chillones llega a sus extremos estos días en los que se celebra el Ganesha Chaturthi, el festival dedicado al dios elefante que s esupone que trae buena suerte y éxito, sobre todo éxito económico. El festival se celebra comprando un ídolo de barro del dios, qu ese adora en casa durante unos días y luego se sumerge en el mar, un lago, un estanque, un río...
Estos días la ciudad se ha llenado de pequeños puestos en las calles que venden estatuas de Ganesha de todos los tamaños: desde las que casi caben en un bolsillo hasta las que son más altas qu euna persona. Pero la característica común de tosa ellas es que están pintadas con colores chillones. Abundan las combinaciones de rosa, azul celeste, naranja y dorado:
Pero tanto colorido también tiene sus inconvenientes: las autoriddaes locales han montado pequeños estanques especiales y están insistiendo en que se sumerjan los ídolos en ellos que los contenidos tóxicos de las pinturas vayan a parar a los lagos y ríos, ya de por sí bastante contaminados, de la ciudad y alrededores.
Y es que en todo el munod el éxito económico parece estra reñido con la conservación del medio ambiente....
No soy un ornitólogo, ni siquiera un aficionado a la fauna y flora. De hecho, mis relaciones con la naturleza salvaje son muy limitadas, y los que me conocen saben mu bien que la palabra que mejor define esa relación es urbanita compulsivo. Pero incluso una persona insensible a las particularidades del mundo animal y vegetal como yo, percibe que este es un país tropical y que las plantas y los animales son bastante diferentes a los de Barcelona.
Esta diferencia es especialmente visible, o debería decir audible, en los pájaros.
Ya expliqué en un post anterior que justo enfrente de la terraza de nuestra habitación hay un cocotero. También hay otro árbol, grande y tropical, que no he podido identificar muy bien. Buscando por internet, me ha parecido que es un fambloyant ó gulmohar; pero como la característica más distintiva de este tipo de árbol parece ser su floración exuberante y eso, si lo que dice internet es cierto, que no siempre lo es, no pasará hasta febrero, nos quedaremos con la duda y le llamaremos, sencillamente, el otro árbol.
Bueno, el caso es que estos dos árboles (el cocotero y el otro) sirven de lugar de reposo, o de paso, para varias especies de pájaros que hacen ruidos muy diferentes a los pájaros de Barcelona.
Están los cuervos (o urracas?) que hacen un crrruaaac algo molesto, y las palomas con su ccuuuh que tanto le gusta al Blas de Barrio Sésamo. Y hasta allí llegan los que reconozco. Los demás los he ido bautizando yo mismo:
- el pájaro piropo hace un silbidito parecido al que se oye cuando pasa una chica guapa por delante de una obra
- el pájaro ambulancia tiene un canto como una de esas sirenas de ambulancia que usan cuando no quieren hacer tanto ruido
- el pájaro titi, que hace eso ti-ti-ti-ti
- el pájari quiqui, no es que sea un pájaro con una gran atractivo sexual, sino que hace un ruído como qui-qui-qui
También están los halcones, o algo parecido, que hasta ahora sólo había visto halcones en los programas de Félix Rodríguez de la Fuente, que no hacen ningún sonido especial pero tambien sobrevuelan los árboles vecinos; y las ardillas, que hemos descubierto que hacen un sonido parecido al del pájaro titi, pero más bajito....
Con todos estos animalitos a pocos metros de tu ventana cada mañana, parece que cada mañana en nuestra ventana estén proyectando un capítulo del National Geographic....
En nuestro barrio hay varias versiones del tradicional cartel No Tirar Basura:
No se puede negar la originalidad del artista que los dibujó. Respecto a su efectividad, eso es otra cuestión... 
Por fin nos hemos mudado a la que será nuestra residencia definitiva durante el tiempo que pasaremos en Bangalore.
Ha sido una semana bastante ajetreada, moviendo las cosas del serviced apartment donde habíamos estado hasta ahora, limpiando y arreglando la casa nueva (los anteriores inquilinos la dejaron en unas condiciones de limpieza algo lamentables), y asegurándonos que las cosas básicas funcionan, incluido la conexión a internet, por supuesto.
Todo este trabajo está valiendo la pena, porque la casa, de hecho es un apartamento, tiene muchas características singulares que la hacen muy agradable: es amplia y luminosa, con muchas terrazas. Es una gozada sentarse después de cenar a tomar el fresco en una de ellas, tomando una cerveza fresquita.
Está en una calle tranquila pero muy cerca del colegio de R y J. Hoy hemos salido a pasear por la tarde y nos hemos encontrado con una de las profesoras de R, que nos ha dicho que varios comapañeros suyos de clase estaban jugando en un parque cercano. También está cerca de mi trabajo; y a diez minutos caminando hay una calle en la que hay bastantes tiendas, y hasta algún supermercado para suplir nuestras necesidades. Un poco más lejos, pero también a una distancia que se puede caminar, hay una zona con un mercado un poco más tradicional, de verduras y frutas.
Por último, la casa está cerca de una iglesia adventista, o metodista, o algun otro ...ista, que ahora no me acuerdo muy bien. Y no lo digo porque de repente haya visto la luz y me reconforte estar cerca de la casa del señor. Lo que pasa, lo hemos descubierto esta mañana, es que los domingos cantan salmos y canciones religiosas desde bastante pronto. Así que hoy nos hemos depertado al son del Aleluya!, Aleluya!, y con la luz entrando por los grandes ventanales de nuestra habitación y el cantar de los pájaros en el cocotero vecino, parecía que estuviésemos en el paraíso....
Después de pasarnos toda la semana bregando con los pequeños (y a veces no tan pequeños) detalles para poner nuestra nueva casa en orden y perfectamenet habitable, hemos decidido pasar un domingo tranquilo paseando por Cubbon Park.
Cubbon Park es algo así como el Central Park de Bangalore: un parque muy grande en el centro mismo de la ciudad. Hay una zona de atracciones para niños, y no tan niños, con un tren en miniatura, caballitos, barcos de remo... Todo con ese encanto un poco decadente que tienen, a veces, las cosas en la India que te hace retroceder en el tiempo a una época donde la alta tecnología no dominaba el ocio.
Algunas fotos que hemos hecho (como siempre, más en flickr):
le.com
Después de llevar algo más de un mes aquí, creo que empiezo a entender un poco cómo funciona el tráfico en las carreteras y calles indias.
A simple vista, el sistema parece caótico, incluso peligroso, pero después de un tiempo de observación, se empieza a descubrir un patrón, un sistema y unas reglas. Algunas de estas reglas fueron capturadas por algún turista (o expatriado?) avispado en este web.
Pero yendo un poco más allá en la interpretación, el tráfico en la India presenta una serie de características que bien pueden servir como metáfora y ejemplo de valores cívicos y morales...
- aprovechamiento de recursos: por qué limitarse a aconducir por un lado de la carretera?. Es evidente que eso no es un aproechamiento eficiente de los recursos (la otra mitad de la carretera queda a menudo vacia). La solución es utilizar toda la carretera, sea la izauierda, la derecha, el centro, los arcenes (o los espacios donde deberían estar) e incluso las aceras (cuando las hay...).
- todavía más aprovechamiento de los recursos: por qué limitarse a dos personas en una moto o en un autorickshaw cuando comodamente pueden ir 4 ó 5 (más si alguno de ellos es menor...)
- tolerancia: todo cabe en la carretera, bien sea con propulsión mecánica, animal, humana (no muy diferente de la animal...) e incluso sin ningún tipo de propulsión aparente, quién dice que la carretera es sólo para cosas que se mueven?
- libertad individual: por qué todos nos debemos mover, más o menos, en la misma dirección y a la misma velocidad, o seguir las mismas normas?, acaso no puede alguien decidir en cada momento si quiere o no quiere pasar, adelantar o pararse?
- diáologo constructivo: usemos todos los instrumentos a nuestro alcance (bocinas y claxons especialmente) para mantener el diálogo constructivo con nuestros semejantes y compañeros de fatigas
- disfrutar del momento (no es seguro que te queden muchos más...)
- disfrutar del camino, al fin y al cabo, te vas a pasar bastante tiempo en él...
Uan prueba del sentido metafórco del tráfico indio es que los versos del poema Ítaca de K.Cavafis parece que están hechos para describir el placer del viajar por carretera en la India:
Cuando salgas a hacer el viaje hacia Ítaca,
haz que el camino sea muy largo,
lleno de aventuras, lleno de descubrimientos.
Ningún peligro en tu camino encontrarás,
si conservas noble el pensamiento, si excelso
es el afecto que inunda tu cuerpo y tu espíritu;
ningún peligro vendrá a tu encuentro,
si tu no lo llevas dentro de tu corazón,
si tu corazón no hacen que surjan.
Una coincidencia: el día 15 de agosto es fiesta en España y en la India, aunque los motivos son muy diferentes. Aquí se celebra la independencia de la India del dominio colonial británico.
El día 15 de agosto de 1947, a las doce de la noche, Nehru hacía su famoso discurso sobre la cita de India con el destino desde el Fuerte Rojo de Dehli. A esa misma hora, la India se convertía en un estado independiente y en la mayor democracia del mundo. Aunque el proceso hasta llegar a la independencia fue largo y trágico, incluyendo uno de los mayores casos de limipieza étnica del siglo XX, no se puede negar el sentido dramático y mágico de ese momento, que bien supo capturar Salman Rushdie en su libro Los Hijos de la Medianoche.
Aquí llevan una semana preparando las celebraciones oficiales (discursos, desfiles, representaciones dramatizadas de la vida de Gandhi...) y en las calles han aparecido vendedores de banderas y pines con los símbolos de la India. Pero también es un momento de reflexión ineteresante: en la televisión y en algunos periódicos ha habido reportajes y debates sobre la situación actual de la India, su historia desde el momento de la independencia y las posibilidades de futuro.
Aunque es evidente que la India es un país con muchos problemas económicos y sociales, no se puede negar que el hecho de conseguir que, en un país de casi 1200 millones de habitantes, se haya mantenido un sistema democrático (con sus defectos, como cualquier otro sistema democrático) es un gran éxito. También es un gran éxito que, con sus problemas y conflictos, se haya conseguido mantener un estado secular. En estos tiempos que corren, con los fanatismos religiosos (de todas las religiones) campando a sus anchas en varios países y regiones del mundo, el ejemplo de la convivencia religiosa en la India podría ser muy útil.
Son los pequeños detalles los que nos permiten asomarnos a las grandes diferencias. Un ejemplo: cómo se escriben, y cómo se explican, las direcciones puede decir mucho sobre el entorno urbano y la geografía humana.
En Estados Unidos las direcciones son claras: las calles están numeradas secuencialmente, y por el número del edificio se puede saber casi exactamente dónde está el sitio a dónde se debe ir. Normalmente también incluyen una referencia a un punto cardinal, el Norte, el Este..., de manera que circulando por la ciudad se tiene la sensación de estar siempre bien ubicado en un mapa.
En Barcelona, especialmente en el Eixample, normalmente nos orientamos por las esquinas: yo vivo en Muntaner-Rosellón y cada mañana cojo el tren en Balmes-Rosellón. A los barceloneses nos cuesta mucho saber dónde está el Norte, pero sabemos siempre dónde está el mar y la montaña, el Besós y el Llobregat. La manera que tenemos de dibujar el mapa de la ciudad, con el mar siempre abajo y la montaña arriba pero sin preocuparnos de los puntos cardinales, además de confundir a los turistas, parece decir que no nos importa lo que las reglas que funcionan para el resto del mundo
Pero, en ambos casos, las direcciones reflejan una geografía urbana con un cierto orden basado en una lógica que no funciona en las ciudades indias. En la India, las ciudades han ido creciendo a base de la formación de barrios, colonias, layouts..., algunas veces más o menos planificados, otras sencillamente de manera orgánica, pero siempre sin límites muy claros y, muchas veces, unos dentro de otros. Así, por ejmeplo, la casa a la que nos vamos a trasladar está en una calle en Defence Colony, que está en HAL2nd stage, que está en Indiranagar. Pero es importante no confundirla con una calle con el mismo nombre, cercana, pero que está en HAL3rd stage, New Thippasandra, Indirangar. Así que en nuestra futura dirección de correo ( tradicional, el de toda la vida) tenemos que incluir todas esas referencias, además, claro está del código postal, por si acaso.
La cosa se complica más cuando hay que explicar cómo llegar hasta un sitio. En este caso no sirven de mucho los números de los edificios, porque casi ninguno lo tiene visible y, además los números no están ordenados, ni tampoco el nombre de la calle, porque no hay casi carteles que los indiquen. La solución es el landmark, es decir, el punto de referencia. Cualquier dirección, para ser útil, es imprescindible que esté asociada a un landmark: normalmente un edificio o lugar más o menos conocido como un edificio oficial, un hotel, una tienda famosa, un restaurante, una parada de autobuses...
En caso de no conocer el landmark, siempre se puede buscar su dirección, con su correspondiente nuevo punto de referencia; y así hasta encontrar uno que sea conocido. (Ahora qu elo pienso, eso crea una jerarquía de landmarks!).
Aunque parezca mentira, el sistema funciona bastante bien y cuando te acostumbras a él empieza a tener sentido. El problema es ese, acostumbrarse: nuestro conductor todavía me pega la bronca de vez en cuando porque le digo que tenemos que ir a cierta dirección y no le doy ningún landmark, pero las particularidades y opiniones de nuestro conductor so una historia aparte que merece una entrada, o varias, en el blog...
Por fin hoy hemos ocnseguido legalizar nuestra estancia en la India. Después de varios días de rellenar papeles, perseguir faxes y buscar firmas, ya tenemos los certificados que prueban que somos extranjeros con permiso de residencia y estamos legalmente registrados. Evidentemente, también ha sido necesario presentarnos en persona en la Oficina de Registro de Extranjeros, con la consabida visita al señor del castillo, y los correspondientes movimientos de cabeza y miradas cómplices...
Estar registrados nos permitirá, por fin, abrir una cuenta en un banco, y a partir de allí hacer cosas tan sencillas como conseguir una cuenta de teléfono movil (por ahora mi empresa ha estado sufragando los gastos de usar mi teléfono móvil español en roaming...).
Pero estar registrados también tiene otra ventaja curiosa: aquí todavía funciona, oficialmente, lo del doble precio para extranjeros e indios, especialmente en las cosas relacionadas con el turismo (hoteles, entradas a museos y otras atracciones turísticas....). Como residentes legales en la India, tenemos derecho a las tarifas indias, que son sustancialmente más baratas. Un ejemplo: en un resort en una zona montañosa cercana a Bangalore, una habitación cuesta 9500 INR (unos 160 euros) para los indios y 270 US$ (unos 210 euros) para guiris.
En 100ft Road, una de las arterias principales de tráfico en Indiranagar, el barrio dónde vamos a vivir y dónde está la escuela de R y J, se combinan los bungalows residenciales y los edificios de apartamentos con algunas tiendas de ropa de última moda (Levi´s, Rebook...) y de muebles.
Pero, sin duda, el elemento más curioso de toda la calle es esta estaua que hemos bautizado como el Yuyu, porque, realmente, da un poco de yuyu verlo, con esa cara tan blanca y cadavérica...
Está junto a una tienda de ropa deportiva y amenudo hay un guardia de seguridad, no se sabe si vigilando la tienda o la estatua.
Cada día lleva un manto diferente, siempre combinaciones de naranja y negro. Como está en el camino de casa al colegio, ya se ha convertido en toda una tradición intentar adivinar, por la mañana, de qué color estará vestido. También se puede jugar a adivinar si la cascada de agua del fondo estará encendida o apagada.
No sabemos muy bien quién es el homenajeado, pero se parece bastante a Shirdi Sai Baba, un santo hindú que vivió a finales del siglo XIX y principios del XX y que predicó la tolerancia entre las diferentes religiones y la armonía entre castas.
No hay nada cómo la imaginación de los niños. En este dibujo, R ha mezclado diferentes medios de tranporte: el autorickshaw típico de Bangalore con el metro de Barcelona (o Madrid, o NYC, o...). También está él (me, conduciendo el auto), J (sister), A (mami, hay que buscarla en el metro), y yo (dadi).
Los autos son el medio de transporte más parecido a un taxi: los puedes parar por la calle, te llevan, más o menos, dónde quieras y el precio lo marca el meter, aunque que te lo pongan en marcha requiere un poco de negociación (el aspecto guiri no ayuda).
Viajar en auto tiene también uan vertiente de aventura: primero, la negociación sobre el meter ó el precio fijo, luego, cuando se pone en marcha, la sensación de estar realmente en medio del tráfico, oyendo las bocinas muy cerca y respirando el humo de los otros coches, motos y autos. Cómo la suspensión no es muy buena, los baches se notan mucho y el estilo errático de conducción en la India hace que haya giros y cambios de dirección constante para evitar los obstáculos en la caretera, bien sean estáticos (obras, barreras, baches...), mecánicos (otros coches, motos...) o, más o menos, vivos (personas, vacas, cabras, perros...). Es como una atracción de parque temático, pero real y que cuesta unas pocas rupias.
Lo del metro es otro tema: probablemente a las autoridades de Bangalore, que tienen un proyecto de construir un sistema de metro en dos años, les gustaría el dibujo de R... Dado como van aquí las cosas en materia de obras públicas, soy en poco escéptico que realmente haya metro en Bangalore en un futuro próximo.
Es un lugar común hablar de la ineficiencia de los países ´subdesarrollados´ en comparación con la eficiencia en los países occidentales. Es verdad que las cosas aquí en la India tienen un ritmo y lógica diferente y que eso puede fustrar a los que estamos acostumbrados a que las cosas se hagan con cierta rapidez y de una cierta manera que nos parece la más directa y lógica.
Pero, al menos por ahora, una de las cosas que me produce más fustración no es la relativa lentitud con la que se hacen las cosas, sino que no puedo pegar broncas a la gente cuando algo no funciona.
Mejor dicho, sí que pego broncas, pero después de hacerlo me quedo completamente insatisfceho, porque siempre te responden que yes sir y que tienes razón. No hay discusión, no hay ningún intento de convencerte de que no tienes razón, no hay excusas ni promesas de que no volverá a pasar, sencillamente yes sir.
No soy tan inocente como para pensar que quejarse y pegar broncas sirva de mucho normalmente, en España, en la India o en cualquier otro país del mundo; pero es que aquí ni tan solo sirve para liberar tu malhumor y quemar adrenalina, porque no encuentras ninguna oposición, no hay ningún tipo de discusión. Al final, todo queda igual, pero con una sensación de instatisfacción e inutilidad total...
Quién pensase que mis posts con el título Burocracia se habían acabado, estaba muy equivocado. Como era de esperar, na vez aquí estamos teniendo qu elidiar con la burocracia india respect a, como era de esperar, el tema de los visados y nuestro registro en la oficina de extranjeros.
Resulta que si has de estar más de seis meses en India, te debes registrar la FRO (Foreign Registration Office). Pero en el consulado indio en Madrid, dónde hicieron nuestros visados, se equivocaron y pusieron un sello con información contradictoria: por un lado decía que no hacía falta registrarnos y por otro que sí que hacía falta. Además, se olvidaron de poner el nombre y la dirección de la empresa para la que trabajo.
Para solucionarlo, el consulado en Madrid debe enviar un fax al FRO con la información ssubsanada. Llevamos un par de días intentando que lo envíen y ellos dicen que lo han enviado, pero el FRO aquí en Bangalore no lo ha recibido, o eso dicen.... El caso es que, ahora mismo, no sabemos dónde está el fax.
Mientras tanto, a la espera de que aparezca, hemos preparado los otros papeles que necesitamos: cartas de empleo, garantías financieras, copias de los pasaportes (todo ello por cuadruplicado!) y cinco fotos de cada uno de nosotros.
Últimas noticias: ne acabn de enviar un email que ya ha aparecido el fax, así que sólo faltan un par de firmas y ya podremos registrarnos como extranjeros residentes en la India!
Este fin de semana ha caído una de nuestras teorías sobre la India: que la ciudad de Mysore realmente no existía.
Supongo que esto merece una explicación: Mysore es una ciudad que se encuentra a unos 140 Km. de Bangalore. Es la antigua capital del estado del mismo nobre, que en la época del British Raj estaba gobernado por uno de los maharajas más importantes. En comparación con Bangalore, que es una ciudad moderna y con pocos atractivos turísticos, Mysore destaca por ser una ciudad más tradicional y con varias cosas interesantes que visitar: hay varios palacios del maharaja, algunos de ellos convertidos en hoteles de lujo, templos antiguos y, a ocos kilómetros, una fortaleza en la que se libró una batalla importante entre las tropas inglesas y un caudillo local 'rebelde'. Todo esto hace que sea un destino típico para un excursión d euno o dos días desde Bangalore, para que los turistas corporativos (toda esa gente que viene a hacer negcios) se empapen un poco de la India.
Pero el caso es que A y yo, cuando estuvimos de visita por primera vez en Bangalore, intentamos ir a Mysore tres veces, pero por diferentes razones, no lo conseguimos. La otra vez que hemos estado aquí, para el preview trip no tuvimos tiempo. Así que siempre bromeábabmso de que Mysore realmente no existía y era un mito.
Este fin de semana, por fin, hemos ido a Mysore y podemos certificar que existe y que es una ciudad bastante interesante. Tampoco hemos visitado todas las atracciones turísticas, para desespero d enuestro conductor que no entendía por qué no lo visitábamos todo y en el orden en el que se debía hacer. Pero es que nosotros habíamos quedado allí con J y M y sus hijos T y Z. Y, con cuatro niños no es muy fácil hacer mucho turismo.
Eso sí, hemos parovechado para que los niños corran y jueguen bastante, combinando alguna visita turística más para mayores (el palacio del maharajá, un templo en una colina cercana) con otras más adecuadas para los pequeños: el zoo, un parque con un lago donde navegar con botes pequeños, un restaurante en medio de la jungla....
Lo importante es que todos hemos pasado un fin de semana muy agradable y ha srevido para empezar a conocer algo más que Bangalore.
Como cada fin de semana, hoy también tocan fotos:
